Era una de las peores épocas que el gerente general de la empresa había vivido y se sentía frustrado. Por dicha, había aprendido que era una sana costumbre integrarse a un grupo de amigos al que percibiera como su “junta directiva personal”. Así que en la siguiente reunión que tuvieron, al conversar y compartirles su situación de malos resultados en la empresa y en su vida personal, dimensionó la situación: 

  • tenía un competidor nuevo en el segmento de negocio
  • su equipo de trabajo estaba desmotivado 
  • se estaban terminando las reservas financieras debido a las bajas ventas y la inflación. 

Se sentía como en un callejón sin salida. Debía hacer cambios y rápido.

En la reunión, uno de sus amigos cercanos le dio una gran lección:

—¿Qué harías si no tuvieras miedo?

—Le daría un giro al negocio para atender a quienes se dedican a eso que siempre me ha apasionado. 

—Ve y hazlo —sentenció su amigo.

Debía reconocer que su repentina pérdida de identidad era lo que más le preocupaba. Se sentía perdido, temeroso, indeciso. Por la situación crítica del mercado, ya no se veía a sí mismo como “el gerente visionario, el empresario exitoso…” Le avergonzaba sentirse así. “¿Cómo es posible que esté tan vacío, al punto de sentir que no tengo identidad sin mis logros?”, pensó. Había hecho todo lo contrario a lo que le habían enseñado. “¿Cómo me puedo sentir tan paralizado frente a esta situación?”

Recordó lo que le habían enseñado sobre gestión del cambio, sabía que necesitaba responderse y responder a su equipo tres preguntas.

PREGUNTA CLAVEIMPACTO EN EL PROCESO DE CAMBIO
¿Por qué debemos cambiar?La habilidad para implementar cambios se incrementa cuando se presenta una situación contundente por la que se debe realizar el cambio.
¿Qué debemos cambiar?La habilidad para implementar cambios se incrementa cuando los resultados esperados de la ejecución son específicos. 
¿Cómo lo haremos?La habilidad para implementar cambios se incrementa cuando es claro el proceso para hacer que las cosas sucedan. 

Trazó un plan con metas concretas de lo que haría en los próximos tres meses, seis meses y un año. Llamó entusiasmado a su gerente de operaciones para que le preparara algunos datos para la gestión del cambio y la transformación que se avecinaba.

Con plan en mano, regresó a la empresa y convocó una reunión con su equipo cercano. Lo aprendido en más de diez años al formar de cero una empresa sería el insumo de la nueva estructura, con todo lo que habría querido hacer diferente. “Todos podemos cambiar y ahora, frente a la crisis que atravesamos, tenemos la oportunidad para abrir nuevos mercados”, les planteó. 

¿Qué cambios debes enfrentar en este momento? Plantéate las tres preguntas fundamentales para dar el primer paso y diseñar esa transformación que tanto necesitas para avanzar al siguiente nivel.